Con la generosidad que es característica de toda su familia, el hijo de Victorio Paulón nos permitió publicar aquí este enorme texto, transido de emoción y reconocimiento, en memoria de su padre. En vísperas de un nuevo aniversario del Cordobazo, esta semblanza poética de Victorio es, tal vez, el mejor homenaje que podemos dedicar a aquella gesta histórica de nuestra clase.

Yo lo extraño
y no será cosa de un día
En algunos momentos
Aparecerá por la puerta
Caminando a zancadas
Mirando con ojos agudos
Con ese humor tan particular
Y esa correctitud en los modos
Hasta que estallaba lo paulón
y esa sonrisa que contenía.
Estará en el parrillero
Atizando brazas
Y sacando la carne cruda
Porque así le gustaba
A la mañana tomando mates
Leyendo el diario
Sus relatos te construían
te daban identidad
te hacían parte de una historia
El vaso de vino
O el whiskycito a la noche
los abrazos de los que se acuerdan todos
las cosas malas de las que no hablabas
la enfermedad, y la muerte
Su presencia sigue
Es imposible no sentirlo
Al lado en la cancha
Diciendo un discurso
que yo filmaba
sentado al lado, en el auto
Yendo a un congreso de la CTA
Contándome historias de la familia
Del Villazo, de la cárcel
del Negro Segovia y de Potongo
El dolor de lo de Patora

No va a dejar de estar
Aunque lo dejemos que vaya
A descansar en paz
Porque con su amor nos dejó ser
generó las condiciones
Para que podamos recorrer
Una vida digna
Ahí está, en el espejo está
Si es que tengo la valentía
de sostener los valores
De poner el pecho
De amar la vida
Y de estar siempre de la vereda del pueblo.
Hasta siempre
Viejo lobo estepario
Y claro que se te va a extrañar