Durante la 113ª Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) que se desarrolla en Ginebra, el Secretario General de la CTA Provincia de Buenos Aires y Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA Nación, Roberto Baradel, alzó la voz en defensa de la educación pública, los derechos de las y los docentes, y la democracia.

En su intervención ante el Comité Mixto OIT/UNESCO de expertos en la profesión docente, Baradel denunció ante la comunidad internacional las graves consecuencias del ajuste del gobierno de Javier Milei en el sector educativo: persecución sindical, eliminación de derechos, reformas impuestas sin diálogo, recorte de presupuesto y desprecio por la tarea docente.

“El respeto a los derechos fundamentales de las y los docentes —formación continua, salarios dignos, condiciones adecuadas para enseñar y aprender, el derecho a huelga— es una condición imprescindible para una educación de calidad. Pero en la Argentina actual, se restringe el diálogo social y se criminaliza la protesta”, afirmó Baradel.

Entre los puntos más críticos, cuestionó el reciente decreto 341/2025, que elimina la participación del Estado nacional en la Paritaria Nacional Docente, pero reserva a la Secretaría de Educación el poder de veto presupuestario. “Es un ataque frontal al derecho a la negociación colectiva y viola los Convenios 98, 151 y 154 de la OIT”, explicó el dirigente.

También denunció la intención del gobierno de declarar a la educación como “servicio esencial” con el único objetivo de limitar el derecho a huelga. “Pero esa supuesta esencialidad desaparece cuando eliminan el FONID, paralizan obras de infraestructura, dejan de entregar libros y recortan salarios. Es una contradicción que expone el desprecio por la educación pública”, señaló.

Baradel exigió el cumplimiento de las recomendaciones del Comité Mixto de OIT/UNESCO para la profesión docente y de los informes del Grupo de Alto Nivel ONU/OIT/UNESCO/IE. “Sin derechos laborales no hay educación de calidad, y sin educación de calidad no puede haber una democracia plena”, sentenció.

Cerró su intervención con un mensaje claro:
“La justicia social no es una aberración, como sostiene el actual gobierno argentino. Es una condición para la paz, la libertad y la democracia. Es la base para construir un mundo digno de ser vivido por todas y todos.”