Las trabajadoras y trabajadores argentinos, dolorosamente experimentados en combatir la impunidad de los genocidas, elevamos una vez más nuestras voces en solidaridad con nuestras hermanas y hermanos mexicanos. Es que si permaneciéramos en silencio; si la indiferencia se apropiara de nosotros; si el drama de Ayotzinapa -condensado en la brutalidad de los asesinos y en la complicidad del Estado mexicano- no nos conmoviera, deberíamos aceptar que el genocidio nos ha borrado la dignidad y la conciencia.
Pero no es así. En esta fecha tan cara a la lucha de todo el pueblo mexicano, la CTA renueva su compromiso solidario para con ella y nos sumamos al irrenunciable reclamo de memoria, verdad y justicia para nuestros compañeros de Ayotzinapa.