Alrededor de dos millones de jóvenes están matriculados en todos los niveles de la enseñanza en el curso que se inició este lunes 4 de septiembre en el archipiélago cubano, un pequeño país que erradicó el analfabetismo en 1961 y que convirtió la Educación en un derecho el pueblo.

Por Pedro Martínez Pírez

En Cuba, donde el proceso de perfeccionamiento de la Educación es permanente, no existen como al triunfo de la revolución diez mil maestros sin empleo, sino que ahora los Ministerios de Educación y Educación Superior deben trabajar sin descanso para evitar el déficit de maestros y profesores en las aulas, en una nación que posiblemente es la única de América donde la Educación es absolutamente gratuita.

Más allá de las críticas que puedan existir acerca de la calidad de la enseñanza en Cuba, y de las dificultades reales provocadas por el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos desde hace más de medio siglo, la pequeña nación antillana ha sido felicitada más de una vez por la UNESCO, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, por la obra extraordinaria realizada en materia educativa, dentro y fuera de Cuba.

Especialmente en la formación de médicos y en la contribución cubana a la erradicación del analfabetismo en otras naciones de Nuestra América, el reconocimiento a Cuba ha sido prácticamente unánime.

Por eso este lunes en todo el territorio de la Mayor de las Antillas más de diez mil 700 centros escolares han recibido a sus alumnos en las enseñanzas primaria, secundaria, preuniversitaria y superior, que tienen como su principal paradigma la obra y el pensamiento de José Martí, el más universal de los cubanos y el maestro por excelencia.

La Habana, 04 de septiembre de 2017