El Encuentro de Montevideo fue un hervidero en la primera de sus tardes. La batucada de la Marcha Mundial de las Mujeres acompañó la entrada a la tribuna del expresidente y senador de la República del Uruguay Pepe Mujica, quien llegó para participar en el panel “Seguimos en lucha: desafíos frente a la ola conservadora y los ataques a la democracia”

Mujica participó junto a la directora del Instituto de Filosofía de Cuba, Georgina Alfonso, y Cindy Wiesner, de Grassroots Global Justice, ambas también de la Marcha Mundial de Mujeres, así como con Víctor Báez, secretario general de la CSA y Cony Oviedo de CONAMURI, Paraguay.

Los integrantes de la mesa hicieron un análisis del avance del neoliberalismo y los desafíos que tienen los pueblos en lucha.

Partiendo de su vasta experiencia, Mujica comenzó admitiendo su obligación de reconocer la diversidad social que caracteriza la composición de la Jornada Continental como proceso y el Encuentro de Montevideo y lo que ello representa ante el desafío de saber conjugar las diferencias para sostener una unidad en la diversidad.

Reconocido como uno de los referentes de la más reciente etapa del progresismo en el continente, expresó que “es importante lo que hacemos y más importantes son los que quedan luego de nosotros”, refiriéndose a la necesidad de que las transformaciones sean sostenidas y crecientes, y no necesariamente dependan de un determinado gobierno de tránsito en el poder.

En su intervención, Mujica hizo alusión al capitalismo como un sistema con la capacidad de generar una cultura egoísta de la que es muy difícil escapar. Por eso, aún cuando un gobierno al llegar al poder con un proyecto de justicia para todos es posible que no logre satisfacer las demandas generadas por esta cultura capitalista.
“El progreso global colectivo de la sociedad es la mayor garantía de felicidad”, expresó, al tiempo que reconoció que la lucha por la soberanía y la independencia son la expresión del viejo grito jacobino por la igualdad.

Son estos los valores que hay que defender, generando herramientas para crear una cultura distinta. No hago apología de la pobreza, dijo, sino de la sobriedad.
Un desafío similar fue planteado por la luchadora norteamericana Cindy Wiesner quien expuso los retos que hoy tienen los sectores progresistas en los Estados Unidos.
“Estamos en lucha contra los supremacistas blancos, contra la misoginia”, expresó, y resaltó que la lucha del pueblo norteamericano está creciendo y es permanente. Sin embargo, todavía no se logra articular una estrategia ante al ascenso de lo que llamó “populismo capitalista”, que expresa la crisis del sistema y ha generado irracionalismo en la sociedad. “Trump se ha convertido en la voz de la antiglobalización, pero nunca ha atacado a la clase capitalista y millonaria. Representa un movimiento blanco nacionalista y fascista. Es un autoritario y su propósito es desestabilizar y desmantelar el aparato estatal, afirmó.

Refiriéndose a la falta de democracia en los Estados Unidos afirmó que el gobierno de Trump no es resultado de un mandato popular debido a las casi tres millones de personas que no votaron o se abstuvieron. “El ochenta porciento de la población no apoya a Trump. Somos la mayoría”, sentenció y agregó que por ese motivo es necesario y urgente luchar por la democracia en los Estados Unidos, a partir del análisis del capitalismo y la articulación de fuerzas con una estrategia común. Para eso, reconoció, los sectores progresistas norteamericanos necesitamos de la solidaridad de América Latina.

Justo sobre la importancia de pensar el sentido de la lucha y estudiar el capitalismo contra el que luchamos habló Georgina Alfonso, quien insistió también en que el Encuentro de Montevideo representa una continuidad de procesos de resistencia anteriores.

Sobre el contexto actual que vive la región, destacó que no se trata de una nueva oleada conservadora, sino de la misma ola imperialista conservadora que no quiere una América Latina emancipada y con justicia social.

“Estamos en un momento importante de conciencia revolucionaria”, expresó, y explicó que ante los desafíos actuales hay que trascender las diferencias entre partidos y movimientos y la costumbre de que el partido mande al movimiento. “Es necesario trabajar juntos. La lucha es mantenernos haciendo poder y gobierno revolucionario y popular”. En ese sentido destacó que espacios como este Encuentro nos sirven para elevar la autoestima popular, para unirnos y sabernos acompañados en la lucha.
“El futuro se construye aquí, hoy, por adelantado. Tenemos que vivir el futuro en nuestras vidas cotidianamente. Somos responsables del futuro que queremos”, finalizó.
Al referirse a Cuba, Gina Alfonso compartió a los participantes un saludo de la isla y expresó que el pueblo cubano no ha renunciado a la Revolución y es mentira que transita hacia el capitalismo. “El pueblo cubano no renuncia a la emancipación, a la soberanía ni a su independencia”, dijo.

Este viernes en el Encuentro de Montevideo se realizarán varios paneles y talleres sobre los ejes identificados en el consenso de La Habana en 2015, cuando, en el primer evento de este proceso de integración que es la Jornada Continental, se identificaron la lucha contra el libre comercio y las transnacionales y la defensa de la democracia, la soberanía y la integración como las banderas de lucha de las organizaciones y movimientos que forman parte de la misma.

Otro importante acontecimiento del día será un homenaje al líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, a un año de su desaparición física. El acto servirá también para celebrar el legado y la vida de quien tanto defendió y luchó por la integración de los pueblos de Nuestramérica.