Tras las fallidas maniobras de ocultamiento y desinformación organizadas por el gobierno de Eduardo Duhalde con el apoyo activo de los grandes medios de información (en particular del grupo Clarín, que tenía en su poder las fotografías probatorias de la autoría del crimen) la verdad finalmente salió a la luz y el presidente provisional Eduardo Duhalde se vio obligado a convocar anticipadamente a las elecciones presidenciales.
El 9 de enero de 2006, el Tribunal Oral 7 de Lomas de Zamora condenó a cadena perpetua a Franchiotti y Acosta y recomendó que se investigara la responsabilidad del gobierno de Duhalde en los asesinatos.
La estación Avellaneda donde tuvo lugar el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, pasó llamarse Estación "Maximiliano Kosteki y Dario Santillán", como ya había sido popularmente bautizada en recuerdo a la masacre de Avellaneda.